La crisis estructural en materia económica y social que amenaza a la sociedad venezolana, se acentúa aceleradamente debido a los problemas que viene afrontando el servicio eléctrico nacional. Como lo ha venido advirtiendo de manera pública y reiterada la Cámara de Comercio de Maracaibo y demás gremios empresariales de la región, esta crisis estructural tiene su origen en la aplicación de políticas públicas equivocadas por parte del Gobierno Nacional.
Anteriormente, el modelo organizacional del sistema eléctrico venezolano era descentralizado y estaba constituido por empresas regionales de capital privado, público o mixto, en su mayoría con gestiones exitosas.
En el Zulia, el servicio eléctrico fue responsabilidad de ENELVEN, empresa regional que por más de 122 años fue ejemplo para Venezuela y el mundo, donde gerentes zulianos junto al mejor recurso humano, eran capaces de ofrecer un excelente servicio en materia eléctrica.
Hoy en día tenemos una sola empresa estatal centralizada como lo es CORPOELEC. De allí que el Gobierno Nacional, como administrador del parque termoeléctrico y de los recursos hidroeléctricos en Venezuela, está en la obligación de suministrar un servicio eficiente para dar calidad de vida y bienestar a la población, e igualmente apalancar el crecimiento del desarrollo económico y social del país.
El Gobierno Nacional, ignorando las recomendaciones de expertos en la materia, ha manejado la actual crisis eléctrica desde una sola arista, tratando de estabilizar el sistema eléctrico interconectado mediante racionamientos eléctricos, que terminan por estrangular la producción industrial y comercial, afectando directamente el bienestar de las comunidades.
Hay que destacar que la infraestructura del sistema eléctrico nacional que permite hoy en día generar electricidad, está constituida primordialmente por las instalaciones que se construyeron en el periodo comprendido entre los años de 1960 a 1998. El deterioro exhibido obedece, entre otros aspectos, a la ausencia de mantenimiento, falta de inversión y sustitución de equipos, fallas en la actualización tecnológica y fuga de recurso humano capacitado.
Los empresarios del país queremos producir. Sin embargo, la falta de suministro confiable del servicio eléctrico, constituye otro obstáculo que impide mantener los niveles de producción de bienes y servicios, ya de por sí menguados. La ciudad, por no decir todo el país, está colapsando.
Ante esta situación, urge que el Gobierno Nacional tome medidas necesarias para solventar esta crisis, entre las que podemos mencionar:
- Recuperar al máximo posible la generación termoeléctrica paralizada por falta de mantenimiento.
- Descentralizar el servicio de electricidad junto a un cambio significativo en el modelo de gestión.
- Convocar a los expertos del país para que aporten soluciones a esta crisis y establezcan los pasos a seguir para solventarla a la brevedad. Urge volver al esquema de la meritocracia, donde sean los mejores especialistas, sin interferencia política alguna, quienes dirijan las empresas eléctricas.
- Terminar los proyectos de plantas termoeléctricas en todo el país. En el estado Zulia, concluir la planta Bachaquero, cerrar los ciclos combinados en la planta Termozulia e instalar las turbinas almacenadas en galpones en Ciudad Ojeda. Solo estas tres (3) acciones sumarían más de mil megavatios (1.000 MW) a la región zuliana.
Aún estamos a tiempo de evitar un desastre mayor. Empecemos ya a construir el país que tanto queremos. Esto solo lo podemos hacer a través de una alianza entre el sector privado, Gobierno Nacional y los trabajadores.
Reiteramos la acertada frase de Francisco Aguerrevere, quien fuese presidente de la Electricidad de Caracas entre los años 1985 y 2000:
“Un país puede desarrollarse sin petróleo, pero ningún país puede desarrollarse sin electricidad”.
Cámara de Comercio de Maracaibo
Abril de 2018