Fedecámaras en la 107° reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo
Caracas, 05.06.18.- El presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal, en representación del sector empleador de Venezuela, en su discurso ante la plenaria de la 107ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), que se lleva a cabo en Ginebra, aseveró que el desempeño empresarial en Venezuela enfrenta graves restricciones, y se agrava aún más, por el profundo debilitamiento de la institucionalidad y de la democracia del país.
La 107ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) reúne a más de 5.000 delegados gubernamentales, de trabajadores y empleadores de los 187 Estados miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Larrazábal recordó que el pasado 20 de mayo, Venezuela vivió un proceso electoral presidencial, adelantado, de dudosa legitimidad, convocado por la Asamblea Nacional Constituyente, inconstitucional e incompetente para estos efectos. Un proceso que se desarrolló ante la evidencia de una elevada abstención; la inhabilitación de los principales líderes políticos y escasas garantías de supervisión y auditoría. El gobierno fue denunciado por el uso de mecanismos de control y coacción del voto; lo que ha traído como consecuencia, serios cuestionamientos al proceso por parte de la comunidad nacional e internacional.
Recordó que mientras esto se desarrolla, Venezuela se debate en su más profunda crisis económica. “El modelo impuesto en el llamado Plan de la Patria, ha destruido el aparato productivo y los empleos” y “la economía nacional se contrajo por quinto año consecutivo, habiendo perdido, más del 50% de su tamaño”.
El presidente de Fedecámaras, en sus palabras ante la OIT, aseguró que, según cifras oficiales, entre 1998 y la actualidad, han desaparecido más del 40% de las empresas del país. Las más de 1500 empresas que pasaron a manos del Estado, en su mayoría, sin pago a sus propietarios, son improductivas. En los 2 últimos años, más de 44 empresas multinacionales cerraron o declararon en pérdida sus operaciones en el país. El salario mínimo mensual, apenas llega a 1 dólar, a valor de mercado. Se necesitan 138 salarios mínimos para adquirir la canasta básica familiar. Venezuela está desabastecida de alimentos y medicinas, originando una crisis humanitaria.
La relación de trabajo, por su parte, es objeto de injerencia política, expresó. Se pretende desplazar a los sindicatos libremente electos, por unos Consejos Productivos de Trabajadores instalados por el Gobierno en las empresas. Se insiste en la tesis de una supuesta “guerra económica”, la toma de empresas y la criminalización de empresarios, en lugar de combatir la inflación, ordenar el gasto público y corregir las desviaciones fiscales, cambiarias y monetarias.
Larrazábal enfatizó que para mejorar la situación del país es de vital importancia la confianza de los actores económicos y sociales. En Venezuela, “se destruyó el diálogo social y se satanizó el tripartismo”. “Es urgente iniciar un diálogo efectivo para cambiar el modelo y transitar del rentismo petrolero y el populismo hacia una sociedad productiva”.
Venezuela ya no tiene más tiempo que perder, confiamos en que la Comisión de Encuesta aprobada el pasado mes de marzo, contribuya a construir salidas urgentes a las enormes dificultades del país y a erradicar el hambre y la pobreza. “Aspiramos a un futuro próspero, en democracia. Estamos listos para asumir el reto”.
Asimismo, el presidente de Fedecámaras se reunió con el Director General de la OIT, Sr. Guy Ryder, a fin de exponerle las dificultades que hoy en día atraviesa el sector empleador venezolano y la urgencia de la instalación de la Comisión de Encuesta, a fin de apoyar la restitución del diálogo social en Venezuela.
Fedecámaras celebró que el Director General, Guy Ryder, haya dedicado su Memoria al impulso de la igualdad de la mujer en el trabajo y su inclusión en las 7 iniciativas del centenario de la OIT. El empresariado venezolano acompaña “la lucha por cambiar las estructuras y comportamientos injustos hacia la mujer. Es crucial influir en un cambio cultural desde la infancia y la escuela, a fin de derribar las barreras culturales de discriminación.