En medio de cobros excesivos, irracionales, confiscatorios e inconstitucionales de los impuestos municipales, un estado de indefensión al no ser escuchados los llamados para una revisión de esos aumentos, además de los abusos y todas las dificultades originadas por la pandemia COVID-19, el empresario venezolano sigue trabajando, sigue produciendo, afirma Leonardo Palacios, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas.
El dirigente gremial pide a las autoridades municipales revisar las tasas impositivas que en algunos casos han aumentado hasta en 1.300%, y no optar por ejercer medidas judiciales, medidas cautelares, secuestros, embargos en contra de las empresas que no están al día con el pago del aseo urbano.
Los altos incrementos se han dado en algunos municipios como Chacao, en Caracas, y otros en el interior del país como Valencia en Carabobo; Maracaibo y San Francisco en Zulia.
“Hay que tener en cuenta que todo impuesto que soporte el empresario, que todo impuesto que castigue su rentabilidad, es trasladado en los precios de bienes y servicios al consumidor, entonces no es un problema solo del empresariado, es un problema del empresario y la calidad de vida del ciudadano. De 12.000 empresas hace 5 años, en este momento solo están operativas 2.000”.
Palacios analiza lo que está sucediendo con los impuestos a la actividad económica y mobiliario urbano (derecho de frente), y concluye que la irracionalidad de los impuestos municipales es una de las consecuencias de no haber trabajado en todas las localidades la armonización municipal que ordenó la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia en julio de 2020.
Recuerda que solo las autoridades municipales capitalinas de Libertador y Sucre iniciaron procesos de armonización. En otros municipios, reclama Palacios, en lugar de armonizar, se concentraron en incrementar las alícuotas impositivas.
Pide sentarse a discutir los aumentos de los impuestos a las actividades económicas y mobiliario urbano. Y tener presente que muchas empresas, por la paralización debido a la pandemia, largamente extendida a través del esquema 7+7, no han podido abrir o han tenido que producir a medias, sin ningún tipo de incentivo o ayuda. Muy distinto a lo que ocurre con “la economía chocolatera, de bodegones” que tiene incentivos a pesar de no ser fuente de producción nacional ni de pago de impuestos.
“Toda esta serie de elementos, impuestos no discutidos, incrementados, normalizados, presiones indebidas de los municipios, amenazando con cierre, los abusos, matracas, más toda la presión que existe a nivel de la tributación nacional, hace imposible que el industrial produzca, que el comerciante distribuya, venda o preste servicio y adicionalmente estás enriqueciendo entidades paralelas distintas del Estado con una situación fiscal tan comprometida como la que tenemos”
El presidente de la Cámara de Caracas insiste en que los empresarios están dispuestos a volver reunirse “porque no se trata de legitimar o no a nadie”, sino de buscar soluciones que permitan la armonización tributaria, para que el sector privado no siga sacrificando más su capacidad económica y que el pago de los tributos se vea reflejado en mejoras en las ciudades que necesitan alumbrado, servicios de aseo urbano y calles sin huecos.
Nota de prensa
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