El presidente, Francisco Martínez, resaltó la preocupación del sector por el clima de conflictividad social que se ha evidenciado en el país y advierten que cualquier agresión a negocios representa la pérdida de empleos y puntos de venta
Las dificultades para acceder a productos básicos se han acrecentado en el país y, con ello, los eventos violentos vinculados con los comercios. Según datos ofrecidos este miércoles por el presidente de la patronal Fedecámaras, Francisco Martínez, cerca de 230 saqueos o intentos de saqueos contabilizan este año en el país.
Estos datos preocupan al sector empresarial, que teme que estos eventos se puedan incrementar, tras tener su episodio más resaltante la semana pasada en Cumaná, estado Sucre, “con más de 100 negocios destruidos”, precisó Martínez.
“Si no se solventa y abordan estructuralmente los problemas del país para atacarlos de raíz y empecemos a transitar en dirección correcta, esto seguirá. Eso nos preocupa porque el Gobierno no hace el acto de humildad de decir: ‘Me equivoqué; necesito ayuda”, señaló a Contrapunto tras participar en el Foro Desafío de la Crisis en Venezuela, organizado por Econométrica.
Martínez puntualizó que en Fedecámaras analizan este tema con particular interés. “Cada vez que se destruye un negocio, se pierden puestos de trabajo, y a las poquitas empresas que hacen el esfuerzo por mantener sus operaciones abiertas les va a costar recuperar sus actividades luego”, agregó.
Apuntó que las empresas no están adaptadas para abordar esas situaciones. “Para ello necesitamos que el Gobierno Nacional garantice la seguridad de bienes y personas a las puertas de nuestros negocios, porque es su responsabilidad”, exigió.
Es partidario de que se habiliten los mecanismos constitucionales que canalicen el descontento popular, como el referendo. “La manera de expresarlo no es destruyendo los negocios porque esto representa empleos que se pierden y la destrucción de espacios para obtener los bienes y servicios que necesitamos los venezolanos”, manifestó.
Martínez reiteró que los dos grandes inhibidores de la producción se mantienen en el país: el control de cambio y el control de precios. “Son los asesinos del emprendimiento en el país”, enfatizó.
Puntualizó que el Ejecutivo no ha creado un nuevo sistema de precios, como lo prometió, sino que ha actualizado precios rezagados en los productos objetos de regulación y que, precisamente, son los más escasos.
“En la medida en que tengamos un sistema de cambio fluido, constante y confiable, tendremos un impacto positivo en la producción. Y si el Gobierno insiste en tener el control de precios, este debe ser eficiente, pues de lo contrario obliga a las empresas a producir a pérdidas.
Aseguró que los empresarios están abiertos al diálogo, pese a lo cual Fedecámaras no ha sido integrado al Consejo Nacional de Economía Productiva. En todo caso, “dudamos seriamente de que lo que allí se esté haciendo sea el abordaje estructural de los problemas del país (…) Son reuniones totalmente infructuosas, que no llevan a nada”.
Fuente: ContraPunto