“El fantasma de la inflación persigue a todos los que reciben salarios fijos, disminuyendo la capacidad de adquirir productos. En la medida que la inflación crece, todo se incrementa en las remuneraciones laborales, trae paralelamente los aumentos en los costos de producción, en la materia prima e insumos de los productos terminados, derivando al final, que toda remuneración laboral pierda valor ante la inflación”.
Así lo expresó el presidente de Fedecámaras Táchira, Daniel Aguilar respecto al recién decretado aumento salarial, el cual a su juicio no repercute en beneficios para los trabajadores, hasta tanto no se controlen los índices inflacionarios del país.
La inflación en el Venezuela, explicó Aguilar, en el año 2015 fue de 180%, según cifras reflejadas por el Banco Central de Venezuela –BCV-; para este año que culminó (2016) la inflación estuvo por el orden del 720%, según el Fondo Monetario Internacional –FMI-, aunque el CENDAS la estimó en 412% para la canasta básica y mayor del 480% para la canasta familiar.
De igual forma, para este año que comienza, la inflación rondará en un 2200%, tal y como lo señala el FMI, es decir una inflación mensual del 22%.
Puso como ejemplo el caso del vecino país, Colombia, que tendrá una inflación del 4% para todo el 2017, muy por debajo de lo estimado para Venezuela, esto gracias a las buenas políticas económicas que allí se establecen y a que se mantiene la producción nacional,
“Si vemos el periodo de julio-noviembre en 2015, las remuneraciones se incrementaron en un 64%; en agosto de 2016 fue de 71% después del aumento de mayo. Al primero de septiembre el incremento del bono de alimentación más el salario mínimo fue de 93%, lo que nos indica que la inflación en el periodo noviembre 2016 – enero 2017 es del 60%”, argumentó Aguilar.
Esto indica que el Gobierno, en vista del costo fiscal de todos los empleados públicos, prefiere aumentar el bono de alimentación antes que el salario, creando una discriminación en el valor total de lo que reciben los trabajadores.
Sin embargo estas políticas salariales no benefician a los trabajadores, tanto del sector público como del sector privado, ya que mientras se mantenga paralizada la producción nacional y se sigan promoviendo las importaciones de mercancías que se pueden producir en Venezuela, el poder adquisitivo del venezolano se mantendrá por debajo de los altos costos que deben pagar por los bienes y servicios, que día a día demanda la población, señaló el presidente de Fedecámaras Táchira.
Fuente: Diario de los Andes