Ante las circunstancias que atraviesa la economía venezolana, producto de políticas estatales que llevaron al país a ser subsidiado en casi todos los sectores, así como de una política monetaria excesivamente flexible, además de un asedio contra el sector productivo privado nacional, el primer vicepresidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal, expuso en exclusiva para Zeta diversas consideraciones respecto al actual momento.
-El petróleo ha subido 91% en los últimos doce meses y no se ve una mejoría en la economía, ¿Qué señala el sector empresarial al respecto?
-Cuando el precio del petróleo estaba a 96 dólares en 2013, la economía ya estaba cayendo, la recesión no comenzó cuando el petróleo llegó a 24 dólares, en ese momento se llegó a importar en 2012 más de 67 mil millones de dólares. Hasta 2006 las importaciones eran sólo de 15 mil millones de dólares y no había desabastecimiento. ¿Cómo cambió esto? A partir de 2007, el Plan de la Patria comenzó a sustituir empresas privadas por empresas estatales; recordemos que se tomaron más de 5,2 millones de hectáreas de tierras que ya no están productivas, además se tomaron más de 1.500 establecimientos empresariales de todo tipo, desde el sector petrolero hasta el industrial. Esas empresas en los sectores primarios, secundario y terciario, que no están en manos privadas, son las que no están produciendo para los venezolanos. Actualmente, el gobierno controla 40% de la capacidad instalada de harina precocida y no hay harina, 40% de la capacidad de arroz con controles de precio, antes Venezuela abastecía al mercado colombiano con arroz, cuesta conseguir café a precio razonable, el gobierno controla 90% de la capacidad procesadora de café, tiene 90% del cemento, 100% de la metalurgia. El problema no son los precios del petróleo, sino el modelo económico que ha destruido la producción venezolana, con una persecución contra la libre iniciativa y esas consecuencias la paga el consumidor.
-Pero al gobierno le están entrando recursos adicionales con los precios del petróleo que podrían servir al sector productivo. ¿Cómo hacer para que el gobierno los conduzca para que se reactive la economía?
-Hace falta un cambio profundo del modelo económico. Un barril de 40 dólares es insuficiente para el tamaño actual del Estado, este gobierno ha montado un esquema de corrupción y despilfarro, en que cualquier cantidad de dinero le es insuficiente. Aquí se requiere un nuevo modelo, con un país auditable, poderes independientes, no se sabe ni cuáles son las cifras de la inflación, se nos criticaba que Pdvsa era una “caja negra”, este Estado sí es una “caja negra”, se desconoce el precio de los productos que compran para venderlos en los CLAP, no se sabe a cómo pagan las materias primas para las empresas estatales, hay que cambiar el modelo económico, que sea creíble para volver a los mercados internacionales. Somos miembros del FMI, del Banco Mundial, aportamos al Banco Interamericano de Desarrollo y no se usan esos mecanismos por un tema ideológico y político, y eso incide en la realidad económica.
-Mientras se geste ese cambio, reaparecen en los anaqueles productos a precios inalcanzables, de Colombia llega todo a precio dolarizado.
-Un sector manufacturero sigue con fuertes controles de precios, y 50% de su producción debe venderla al Estado, y esos productos reaparecen a precios diferentes, allí hay distorsiones, el Estado controla todo y ofrece una bolsa CLAP que cuesta 10 dólares, en 10 mil bolívares, que son 1.000 dólares a precio controlado. Lo que se produce a precio controlado no le llega al consumidor, eso alimenta a las redes de “bachaqueros”, creas inflación porque imprimes dinero, con más dinero circulante que se conjuga con la inflación de costos, las empresas tienen poca mercancía, están a 35% de su capacidad de producción y cuando hay que subir salarios y bono alimenticio, los costos suben.
-¿Hay una dolarización de hecho? El gobierno liberó 3 mil rubros básicos en agosto de 2016.
-En el estado Bolívar sólo consigues productos brasileños y a precio de dólar paralelo y son las gobernaciones las grandes importadoras de estos rubros. Eso lo comenzó el gobernador de Táchira, luego el de Zulia y ahora el de Bolívar, con una opacidad grande, se venden a tasas más altas que con el mismo dólar paralelo, los costos de transporte y “la vacuna” que cobran son grandes y esto es más distorsión en la economía que se origina en la restricción de la producción nacional. En los países con abundancia eso no pasa: comparas San Antonio, un pueblo con 70% de negocios cerrados y desabastecido, pasas a Cúcuta y consigues de todo, aquí se ha ido dolarizando lo cual ha sido propiciado por el mismo Estado y los trabajadores venezolanos no tienen como pagar eso.
-Un salario mínimo en Cúcuta es de 750 mil pesos, en Venezuela de 143 mil bolívares y hay una paridad entre el peso y el bolívar. ¿Cómo explicarle eso al venezolano?
-Lamentamos como las empresas de confección y de cuero de Ureña, donde se producían hasta 3 millones de pantalones “blue jeans” al mes con calidad de exportación, están cerradas, otras mudándose. Allí se nota la diferencia del sistema venezolano al compararlo con el colombiano donde hay un modelo de libre mercado que tiene éxito y con una inflación que no llega a 5%, mientras que Venezuela con todo el petróleo que tiene, está con una inflación de 800% y caída del PIB de 18% en 2016.
-Al hablar de empresas cerradas, como resultado de este proceso, hablamos de desempleo. El INE dice que está en 7%. ¿Las empresas qué pueden reportar en ese sentido?
-Oficialmente, en el empleo formal, entre 1998 y 2015, la población económicamente activa subió 43%. ¿Dónde está trabajando esa gente? Según el INE, en el sector primario existe la misma cantidad de personas trabajando en estos 18 años, unas 880 mil personas, no hay más gente trabajando en el campo a pesar que hay más población económicamente activa, 68% son empleos comunales. Cualquiera que esté en un consejo comunal, que no es un empleo productivo, no es un trabajador formal.
-¿Hay posibilidades de entendimiento entre los empresarios y este gobierno?
-Propiciamos que para poder salir de la crisis, demandamos el diálogo social que lo hemos planteado ante la Organización Internacional de Trabajadores (OIT). Este gobierno está obligado por Ley que las medidas económicas se hagan entre el Estado, los trabajadores y los empleadores, lo que se llama la “tripartita”, estamos dispuestos y nos hemos reunido con el ministro del Trabajo, Francisco Torrealba, a quien le hemos dado recomendaciones en el tema inflacionario, porque el poder adquisitivo no se logra sólo aumentando sueldos, sino abatiendo la inflación.
-En la visión de Fedecámaras, ¿prefieren un cambio de modelo o cambio de gobierno?
-Este gobierno lamentablemente no muestra señales de cambiar el modelo, sigue con una agenda política y no aborda la agenda económica y cuando eso sucede se debe acudir al elector para que decida qué se debe hacer. Por eso la vía tiene que ser electoral, para producir el cambio político que permita el cambio económico de Venezuela.
-¿Cuáles son las estimaciones de PIB e inflación para 2017, según Fedecámaras?
-Recopilamos datos de especialistas, que tienen dispersión grande. El FMI señala una inflación de 1.600% y la más optimista está en 500%, eso es complejo. La caída del PIB estaría entre 2% y 6%, que acumulada está en 40% en los últimos cuatro años, afecta al sector construcción, manufactura y comercio.
Fuente: En País Zeta