Cierre 74° Asamblea Anual de Fedecámaras, «Superando Desafíos»
Discurso al cierre de la Asamblea del presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal
Buenas tardes.
Gracias por acompañarnos en nuestra septuagésima cuarta Asamblea Anual de Fedecámaras.
Nuestro agradecer a los panelistas por sus aportes durante esta jornada de Encuentro Empresarial. Estamos seguros de que la alta calidad de sus presentaciones y su profesionalismo serán factor fundamental para apoyar a todos los presentes a superar los desafíos que tenemos como sociedad. A los patrocinantes que sin su confianza y apoyo sería imposible realizar este evento. Igualmente agradecer a todos nuestros afiliados que han venido desde diferentes partes del país, superando los desafíos que implica movilizarse en la actualidad. A todos los invitados especiales, líderes de diferentes sectores de la sociedad, su presencia aporta al objetivo de lograr una visión concertada de país.
Culminamos una mañana donde se analizaron los principales desafíos que enfrentamos como sociedad en medio de la peor crisis de nuestra historia contemporánea.
Las presentaciones que hemos tenido la oportunidad de escuchar nos mostraron una serie de información económica, política y social que son una clara demostración de cómo el modelo económico del actual gobierno nacional ha arrasado con nuestro país, haciéndolo inviable, insostenible.
Nos debatimos en la más profunda crisis económica. El modelo impuesto en el Plan de la Patria, ha destruido el aparato productivo, la generación de empleos, el salario digno y ha sumido a la población en la pobreza y la desesperanza.
Venezuela tiene ya 15 años de control cambiario y de precios. Fuertes restricciones a la actividad productiva.
Con una hiperinflación anual que ya superó 25.000% en cálculos conservadores.
Con la producción nacional nuestro país lograba abastecer el 70% de su consumo nacional de alimentos, hoy alcanzamos si acaso apenas el 25%. El gobierno en nombre de una supuesta “soberanía alimentaria” se apropió de más de 5 millones de hectáreas de tierras productivas, en su mayoría sin indemnizar a sus propietarios. Hoy esas mismas tierras prácticamente no producen nada. Desde 1998 hemos perdido el 40% del tejido empresarial y lo que queda del parque industrial venezolano apenas produce al 24% de su capacidad instalada. El gobierno nacional solo siembra caos y destrucción. El resultado: una sociedad impactada por la pobreza y por el profundo deterioro de su calidad de vida.
La Federación Farmacéutica Venezolana, (Fefarven), estima que ocho de cada diez medicamentos no están disponibles en las farmacias. La escasez ha llegado a ubicarse hasta en un 90% en determinados fármacos, especialmente los destinados a atender enfermedades crónicas. Los venezolanos lamentablemente pagan con sus vidas el fracaso gubernamental.
Pese a estos resultados, el Estado mantiene su política de controles y profundiza un entorno cada vez más hostil, criminalizando la actividad privada empresarial.
Pudiéramos seguir enumerando una serie de índices que caracterizan la actual crisis económica, política y social que vivimos, pero no hace falta. Los resultados del modelo están a la vista.
Ahora, tenemos por delante grandes desafíos y los venezolanos nos preguntamos: ¿tenemos futuro en Venezuela?, ¿podemos recuperar la producción nacional?, ¿podemos evitar la salida día a día de cientos de venezolanos que parten a otros países sin un destino cierto?, ¿podemos recuperar el valor del trabajo?, ¿construir una sociedad solidaria y respetuosa?, ¿contar con funcionarios públicos que entiendan y asuman su verdadero rol y propósito?, ¿podemos construir juntos un mejor país?, ¿podemos ser un país normal?
Y la respuesta es Sí, sí es posible!!!
Tenemos un país noble, un país que nos ha dado todo. Llegó la hora de dar todo por él, como empresarios, como líderes políticos, estudiantiles, religiosos, como ciudadanos… Cada quien desde su área de acción. Asumamos cada uno, de manera individual nuestro compromiso como ciudadano.
Debemos rescatar el valor del TRABAJO como concepto, dejando a un lado las tendencias ideológicas. Esta es la única forma de volver a ser hombres y mujeres productivos, capaces de forjarnos, con nuestro propio trabajo y esfuerzo, un destino de progreso. Grave daño se ha causado al país al pretender convertir a sus ciudadanos en seres dependientes de las dádivas del Estado, secuestrándole su capacidad aspiracional.
Venezuela fue un país de clase media, que logró movilidad social con tesón, con un gran sentido de superación a través del estudio, el esfuerzo personal y el trabajo, y el Estado garantizaba las condiciones de acceso para lograrlo. Lamentablemente, hoy otros países disfrutan de los talentos y la mística de trabajo desarrollado por venezolanos, que han tenido que migrar a otras latitudes en la búsqueda de oportunidades que no encuentran en su país.
Nosotros en Fedecámaras trabajamos para que el futuro sea aquí… En nuestro país… Estamos comprometidos con Venezuela y con los venezolanos porque nuestra razón de ser es producir los bienes y servicios que necesita la población. Estamos convencidos de que trabajando juntos podemos generar progreso y mayor bienestar para los venezolanos. No tenemos tiempo que perder. Le hemos presentado al país nuestras propuestas para recuperarnos de la crisis en la que nos han mantenido sumergidos. Necesitamos libertades económicas, más trabajo, más empresas, más productividad. Es la manera de superar estos desafíos.
Sabemos que nuestro esfuerzo debe venir acompañado de un cambio URGENTE del modelo económico, político y social que pueda potenciar el crecimiento sostenido de la nación. Necesitamos un gobierno que respete el estado de derecho, garantice los derechos humanos, la propiedad privada, que promueva la inversión, el emprendimiento, la iniciativa privada, que garantice un marco regulatorio generador de confianza, que permita atraer y sostener las inversiones para poder sentar las bases del desarrollo económico, el progreso y la prosperidad que merecemos.
Debemos tener un gobierno comprometido a trabajar para implementar medidas acertadas, sin trabas ideológicas. Es necesario trabajar todos juntos, sector público y privado, es la única manera de reconstruir la economía fuerte y de oportunidades que todos los venezolanos queremos. Necesitamos UNIÓN para dar respuesta al sinfín de necesidades de la población y al mismo tiempo trabajar en la Venezuela del mañana, una Venezuela llena de oportunidades. ¡Nosotros estamos listos!
En lo inmediato, como empresarios, debemos aprender a gerenciar la crisis inédita que nos ha tocado vivir, afrontar los grandes desafíos que tenemos por delante, mantener nuestras puertas abiertas a pesar del proceso hiperinflacionario. Debemos ser ingeniosos en la gerencia del talento humano, afectado por el impacto económico y social del país, para lograr retenerlo. Hacer nuestras inversiones con inteligencia para subsistir. Hablemos, escuchemos a nuestro equipo de trabajo, a nuestros jóvenes. Debemos garantizar oportunidades de crecimiento para todos por igual.
Debemos afrontar los retos con decisión, convicción de cambio y expectativa de logro.
No es fácil, pero debemos ser capaces de enfrentar la situación actual con optimismo, pero sin perder la perspectiva. En muchos casos debemos reinventarnos, ajustarnos a la realidad del mercado. No podemos abandonar el barco. Debemos encontrar la manera de sobrevivir en un entorno cada vez más hostil pero defendiendo nuestros derechos, nuestros principios, nuestros valores.
El ataque continuo del gobierno es contra la producción nacional y para enfrentarla debemos trabajar por el fortalecimiento gremial, empoderarnos en el rol de defensores y promotores de la libre iniciativa privada como eje fundamental para el desarrollo de Venezuela. Luchar sin cansarnos por aquello en lo que creemos. Sin miedo, sin callarnos. Ya hemos perdido tanto… que ya no tenemos otra opción sino seguir luchando. Las grandes transformaciones se logran dando pequeños pasos cada día.
Desde Fedecámaras siempre propiciaremos el diálogo franco y respetuoso con todos los actores de la vida nacional. Siempre promoviendo la actividad privada como un motor fundamental del desarrollo económico del país, como lo es en todas partes del mundo donde hay progreso y bienestar para sus ciudadanos.
Es indispensable promover una visión compartida de país entre los más diversos sectores de la sociedad.
Debemos trabajar de manera consensuada, fortaleciendo la institución, haciendo valer nuestros deberes y nuestros derechos.
Trabajemos juntos, todo el empresariado en general, en un mismo objetivo: la lucha por el fin de la pobreza a través de la libre iniciativa empresarial y la defensa de la propiedad privada.
La invitación es a resistir y a luchar. Venezuela nos necesita.