Ha sido un retroceso. Desde que el Gobierno venezolano decidió retomar la flota de aviones de la desaparecida Viasa, la aerolínea más importante del país para ese entonces, todos los números han sido negativos. Apenas 36% de las rutas internacionales se mantienen pese a que se ha contado con un presupuesto 20 veces mayor.
“Es un gran daño”, alertó el segundo vicepresidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno. Se trata una infraestructura ya creada con 28 rutas hacia el exterior que se mantuvieron hasta 1997, cuando se liquidó la firma, y que solo ha sido aprovechada para mantener vuelos hacia 10 destinos diferentes de América, Europa y las Islas del Caribe.
Es una situación que no solo ha afectado la movilidad de turistas dentro y fuera del país. También ha sido clave en la caída en la llegada de insumos para la manufactura que se hacía por ese medio de transporte rápido, y en la comercialización de productos extranjeros en Venezuela.
Cusanno, quien es expresidente de Conseturismo, dijo que la disponibilidad de vuelos en la actualidad se ha reducido al mínimo, “ya casi no hay opciones para viajar a Europa”. Mientras que para los destinos nacionales la situación no escapa de la crisis. Las aerolíneas tienen 40% menos frecuencia de las rutas “porque lamentablemente se le han impuesto condiciones leoninas de parte del Estado que van en contra de la actividad turística como la exigencia de ofrecer destinos nacionales en cuantía para poder obtener el permiso de vuelos internacionales”.
A eso se le suma que sin divisas asignadas al sector para la compra de repuestos y equipamientos necesarios para una prestación del servicio de calidad, la única alternativa para mantenerse operando en el país es reducir drásticamente rutas y frecuencias.
Servicios reducidos en 80%
Las agencias de viaje solían ser un buen negocio en el país. Siempre tenían actividad. Generaban 15 mil puestos de trabajo que actualmente están severamente comprometidos al tener 80% menos productos qué ofrecer.
Esto ha creado un problema laboral al darse una migración de la formalidad de un trabajo con todos los beneficios legales a la informalidad de ofertas de paquetes turísticos desde los hogares. “Una de las cosas que más nos preocupa es la realidad de los trabajadores que hacen vida en el sector, porque lamentablemente al llegar a sus puestos ya saben que su salario será insuficiente para cubrir sus necesidades básicas”.
En términos de hospedaje la caída ha sido entre 30% y 40% dependiendo la zona. Lo que más ha afectado la ocupación de los hoteles es el mermado poder adquisitivo de los venezolanos.
En los hoteles la situación es cada vez más difícil. “Con serias dificultades para conseguir insumos para poder construir nuevas instalaciones o para servir un plato de comida es imposible seguir operando”.
Cusanno recordó que aunque se suspendió el Plan de Administración de Carga los hoteles siguen con la obligatoriedad de la autogeneración de nueve horas diarias, en instalaciones grandes algunos pudieron acceder al equipamiento necesario pero el resto y las posadas son los más afectados.
Fuente: El Carabobeño