77° Asamblea Anual de Fedecámaras
Adán Celis Michelena
Primer vicepresidente de Fedecámaras (2021-2023)
22 de julio de 2021
Estimados Señores,
Y aquí nos encontramos… En una nueva responsabilidad que asumo como parte de un equipo comprometido con Venezuela. Con su gente, con nuestros colaboradores. Con nuestros conciudadanos. Con todo un país, el cual merece que sigamos dando ejemplo de unión y cohesión.
Somos, ante todo, un grupo de venezolanos forjados en esta tierra, cuyo único propósito es seguir trabajando, construyendo, creando, haciendo realidad los sueños y cultivando esperanzas. Nos inspira este país, nos une un mismo objetivo. Nos llena de profunda ilusión el imaginar a una Venezuela transformada, próspera, feliz.
Pero, en aras de contribuir con el proceso de transformación que, desde toda índole, debe ser abordado por organizaciones, gremios, empresas y el mismo Estado, el RESPETO debe ser el origen de cualquier negociación orientada a rescatar al país y a su sector privado.
Como bien lo saben y no hace falta repetirlo, Venezuela se encuentra sumida en la mayor de las crisis desde hace más de una década. Hemos perdido unos años valiosos, productivos, en los cuales no ha habido suficientes estímulos, para que el sector privado detenga la caída estrepitosa en sus principales indicadores, y no sigamos perdiendo puestos de trabajo, a diario, debido al cierre de numerosas empresas.
La paralización en sectores tan importantes como el comercio, la industria, la construcción, el agro, la ganadería, el turismo, la banca, tan solo por nombrar a algunos, se han hecho sentir en todos los estratos socioeconómicos.
Comercios cerrados, zonas industriales que parecen pueblos fantasmas, monte, donde antes había cultivos y rebaños, construcciones deteriorándose por el paso del tiempo, soledad, abandono. Esa es la estampa que hemos observado al recorrer las rutas que conectan a todos los pueblos en Venezuela.
Áridas discusiones son el día a día en nuestro país. Negociaciones van y vienen, y aún no vemos la recuperación que tanto necesitamos y que ha sido constantemente cacareada.
Cada encuentro se traduce en requerimientos que no son atendidos a tiempo. En solicitudes y reclamos con las que solo buscamos destrabar la marchita economía. Y mientras tanto, pasa el tiempo, nos siguen dando largas y el país sigue deteriorándose, apagándose lentamente.
Lo único que observamos, es una mayor fuga de capitales y la estampida de los talentos necesarios para poner a andar a este país. Pero, ¿qué nos ha pasado? ¿Qué sigue sucediendo? ¿Cómo empezar a hablar, como empezar a entendernos?, en lugar de discutir, de ofendernos, de continuar malgastando el valioso tiempo.
Y entonces es en ese momento, en el cual pienso que el RESPETO debe ser, en primera instancia, la base sobre la cual se establezcan todas las relaciones humanas.
Y estoy aquí, de pie frente a este auditorio, exigiendo RESPETO: hacia nuestros semejantes, a la propiedad privada, a nuestras instituciones, a la actividad gremial. RESPETO a Venezuela.
Todos, por lo menos en la Venezuela en la cual nací y me formé, teníamos el más absoluto derecho a pensar distinto. A discernir. A opinar sin miedo. A no sentir temor. A no quedarnos callados ante las injusticias. A RESPETAR la opinión de los otros. De hecho, crecí con una frase que me inculcaron que decía “tus derechos terminan, donde comienzan los de los demás”. Y esa misma frase me acompañará durante toda mi vida. Ella resume el RESPETO.
Y en los gremios, esa palabra tiene una característica especial. Obramos siempre con RESPETO hacia nuestros afiliados, nuestros líderes, nuestros antecesores, nuestra historia. Discutimos y, aunque tenemos opiniones diversas acerca de la realidad que nos circunda, basamos nuestra relación en el más profundo RESPETO.
Y de esa misma manera, exigimos se nos respete: como hombres y mujeres de bien. Como personas responsables, que contribuimos, que aportamos bienestar a la sociedad. Que luchamos contra todas las adversidades para mantenernos a flote. Ninguna negociación o conversación en la cual el RESPETO no se mantenga, puede llegar a feliz término. Es más: está condenada al más absoluto fracaso.
El RESPETO es hacia todos por igual: desde el más humilde de los venezolanos, hasta el dirigente más poderoso. Instituciones como la IGLESIA, que siempre han estado al lado de los habitantes de este país, llevando su mensaje de aliento y esperanza para aquellos que más sufren, deben ser respetadas.
Premio Emilio Conde Jan a la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
Escuchar la voz de una ciudadanía, que reclama cambios, también es RESPETO. Hay que dejar a un lado el mito de que somos una población polarizada. Más de un 85% de los que hacemos vida en esta tierra, reclamamos un cambio y no solo se trata de política.
Nos referimos a áreas tan sensibles como la economía, lo social. La subsistencia en esta nación, se hace cada día más cuesta arriba. Los flagelos nos afectan por igual a todos. La pandemia y la inseguridad; por ejemplo, no distinguen condición social, raza o religión…
Estoy más que convencido que quienes conformamos este equipo de trabajo que a partir de hoy lideraremos Fedecámaras, encabezado por Carlos Fernández, quien estará acompañado por Felipe Capozzolo, César Guillén y mi persona, basaremos toda la gestión en el entendimiento, en la defensa del sector privado que lleva bienestar, calidad de vida, empleos dignos y seguridad para millones de venezolanos.
Un Sector privado que genera confianza, equilibrio y que además contribuye con el fisco nacional. Sin embargo, no obstante, todos los beneficios que conllevaría para cualquier Estado el contar con aliados para apoyar el desarrollo de una economía firme y productiva, constantemente somos objeto de ataques, de descrédito, de la imposición de leyes y reglamentos que, lejos de aumentar la productividad, la debilitan.
A nivel latinoamericano y mundial, los empresarios venezolanos, lejos de ser vistos con “envidia”, somos objeto es de admiración. Hemos sido catalogados como héroes, que sobreviven a pesar de las mayores vicisitudes.
Particularmente, no puedo imaginar que alguien pueda sentir “ENVIDIA” de una situación tan difícil como la que nos ha tocado encarar, donde los controles, las fallas constantes de servicios básicos imprescindibles para trabajar, el privilegiar lo importado por encima de lo hecho en Venezuela, sin combustibles, la voracidad fiscal y las expoliaciones y expropiaciones, sin salud, sin seguridad, sin paz, entre otros amargos ingredientes. Todo esto es el pan nuestro cada día.
Por el contrario: Hemos sido catalogados como “HÉROES”. Y yo digo más: no solo los empresarios. Héroes son todos quienes se enfrentan al día a día en este país. Todos estamos metidos de lleno en una carrera de obstáculos: desde el ciudadano que llaman de “a pie”, los periodistas, los emprendedores, el sector salud, los empresarios… ¡Todos!
Nadie consigue entender cómo pese a las adversidades, a los ataques frecuentes a la propiedad privada, a la satanización, a la imposición de políticas erráticas, de todo lo cual somos víctimas desde hace muchísimo tiempo, aún seguimos de pie. Sin tirar la toalla, sin abandonar nuestro objetivo: Venezuela y su gente.
Además del RESPETO, la UNIÓN es otra de las características que identifican a los gremios empresariales venezolanos. Pese a la diversidad de opiniones, y a quienes desde fuera del seno de nuestras organizaciones pretenden sembrar el caos y fomentar la división entre nosotros, todos los que militamos en el movimiento empresarial venezolano estamos claros que sin la UNIÓN no será posible llevar a cabo todos los planes que nos hemos trazado.
Hoy, somos más fuertes que nunca y como líderes, estamos asumiendo el gran compromiso de llevar adelante y a puerto seguro, este barco llamado Fedecámaras. La UNION nos fortalece, nos da sentido como organización. Aquí, practicamos la democracia, la alternabilidad. Fomentamos el respeto hacia quienes piensan diferente. Muestras sobran, incluyendo este acto de hoy.
La ESPERANZA de un mejor porvenir para nuestro país y sus habitantes, nos hace resilientes. Todo esfuerzo que hagamos para sacarlo adelante, para ver a Venezuela emerger de las profundidades en las cuales hoy se encuentra inmersa, será bien merecido. Todas las batallas que hemos venido librando a lo largo de este periodo difícil, hostil, pleno de incertidumbres, no han sido en vano, ya que siempre los verdaderos empresarios saldremos en rescate de nuestra gente.
Y denomino “verdaderos empresarios” a quienes se preocupan por el bienestar de sus colaboradores. Por aquellos que día a día trabajan por mantener sus puertas abiertas. Por procurar ser fuente de trabajo estable y permanente. Algunos, lamentablemente no pudieron resistir a los embates de este difícil entorno económico, y sucumbieron. Sin embargo, estoy más que seguro que, más pronto que tarde, los veremos renacer de sus cenizas.
…Y es que el amor por esta tierra generosa, que me vio nacer, que ha hecho realidad mis sueños y añoranzas, es lo que me inspira a seguir ofreciendo mi trabajo, mi esfuerzo y mi compromiso a esta noble y justa causa: continuar defendiendo los intereses del sector privado nacional, de sus colaboradores, del empresariado como un todo.
Hoy, en este día en el cual asumo esta responsabilidad, dejo en claro mi compromiso, que no es más que el compromiso de quienes nos hemos involucrado en continuar por la senda gremial, llevando un mensaje de esperanza a todos esos luchadores transformados en empresarios, que diariamente siguen esforzándose por seguir con las santamarías arriba, por mantener puestos de trabajo dignos que se traduzcan en calidad de vida para cientos de miles de venezolanos.
Recuerden: RESPETO, UNIÓN y COMPROMISO. Es la combinación que necesita nuestro país. Seguimos empeñado en ver renacer la ESPERANZA en nuestros colaboradores, en los habitantes de nuestra hermosa tierra. ¡Porque vengamos de donde vengamos, Venezuela es nuestra!
Exigimos RESPETO. Dialogar como venezolanos, en condiciones de igualdad. Establecer una agenda para el CAMBIO, y que además se concreten y lleguen a feliz término todos los acuerdos discutidos.
Que Dios bendiga a todos nosotros que formamos parte de esta casa grande que se llama Fedecámaras y que Dios bendiga a Venezuela.
Muchas Gracias.