77° Asamblea Anual de Fedecámaras
Felipe Capozzolo Guardí
Segundo vicepresidente de Fedecámaras
22 de julio de 2021
LA MODERNIDAD ES POSIBLE. UNIDOS LO LOGRAREMOS
Nuestro país puede convertirse en una de las primeras economías de Latinoamérica.
Venezuela puede tener crecimiento sostenido de su producto interno bruto libre de inflación.
Esta tierra de gracia, puede convertirse en una potencia productora y exportadora.
Estoy seguro de que esta gran nación, ha de desarrollar fortalezas únicas, partiendo desde lo local, lo autóctono y sobre todo desde la calidez y la grandeza de su gente.
También estoy consciente de que nuestros hijos nos van a preguntar un día, qué hicimos para conquistar ese país del cual ellos disfrutarán y qué rol jugamos durante la pandemia.
Para quienes puedan escuchar mi voz hoy, quisiera recordar que el día que fue sancionado el decreto de emergencia nacional por la pandemia, estaba al frente de Consecomercio.
Uno de los procesos de disrupción más duros que hemos vivido en la historia contemporánea había comenzado y nos tocó hacer el máximo con lo mínimo y dar el resto, no sólo una sino varias veces. Así como lo aprendí de mis padres y mis abuelos inmigrantes
Luchar, dar el máximo esfuerzo y tratar de hacerlo lo mejor posible.
Como la mayoría de los venezolanos lo hacen hoy dentro y fuera del país, como lo he podido palpar, porque no me lo han contado, ¡no! Lo he visto y lo he vivido, en mis recorridos, hasta en el último rincón del país. Gente sacando fuerza moral desde lo profundo de su acerbo familiar, de su gentilicio y de su amor por la propia tierra, para sacar adelante a sus familias y sus empresas, reinventándose.
Ejemplo de ello pudimos verlo todos, el martes pasado, en la entrega del Premio Ennio Manella, el Sr. Roberto Faccin.
Toda una vida entregada a su familia, su empresa y a su región.
No basta con mencionar la desigualdad de las regiones con respecto al tradicional centro de poder, que también tiene problemas, pero no hay duda, las adversidades se agudizan a medida que aumenta la distancia, las oportunidades no son las mismas y las diferencias son inmensas.
Existe una gran desigualdad entre las personas, el peso de la crisis ha caído a menudo sobre la mujer sostén de familia, muchos venezolanos aún siguen consumiendo alimentos sustitutivos, deseando que fueran proteínas.
Nuestro ingreso y la forma de producirlo, se acabó.
Las soluciones pasan porque la gente, nuestra gente, debe volver a ser el centro de atención. Su bienestar debe ser lo primero, más allá de particularismos y diatribas políticas.
Nuestra gente debe ser el gran proyecto de trascendencia nacional, el gran motivo para la incorporación de todos los sectores, tal y como lo planteaba Ortega y Gasset.
Es el momento indicado para construir una marca de nación moderna, productiva y solidaria, en la que el desempeño institucional y empresarial sean las herramientas que ayuden a la sociedad a crecer.
Con el apoyo de todos ustedes., daré el máximo esfuerzo para que este equipo que dirige Carlos Fernández sea exitoso.
Desde la 2da. Vicepresidencia y al frente de la Comisión de Asuntos Regionales lucharé con todas mis capacidades por defender los espacios de las regiones, por darles visibilidad, para promover un nuevo modelo de desarrollo, por y para las regiones y guiado desde las regiones.
Nuestra herramienta será la palabra, como instrumento político modificador del entorno y la construcción de nuevos mensajes desde la honestidad, la autenticidad, la integridad y el respeto.
Como lo hacemos con nuestros productos, es el momento de difundir la utilidad y la calidad de la empresa privada nacional. Explicar, por qué si apoyamos a la libre iniciativa privada, nuestras vidas pueden ser diferentes. Despertar la curiosidad de la gente por saber el ¿por qué?.
Las ideas que verdaderamente merecen ser difundidas son las que contribuyen a que la vida de los demás sea más fructífera, a inspirar a la gente a hacer cosas diferentes, para cambiar perspectivas y realidades.
¿Y cómo alcanzamos el cambio, esa es la gran cuestión?
El cambio que todos anhelamos no se va a dar planteando la destrucción del país, por el contrario, tiene mayores posibilidades recuperando capacidades y fortaleciendo a la ciudadanía.
El cambio que todos anhelamos tiene mayores posibilidades de darse si la gente tiene participación activa en los procesos de transformación, si se interesa y se moviliza para lograrlo y eso sólo es posible si la gente está alimentada, si recupera el ingreso y la dignidad del trabajo.
Construir puentes de comunicación y crear consensos, aún sobre las diferencias, precisamente con quienes piensan distinto, nos acerca a ese cambio.
Estamos frente a la gran oportunidad de desarrollar un lenguaje común entre lo público y lo privado para superar la visión utilitaria que tradicionalmente se ha tenido del empresariado y construir un canal de comunicación basado en la confianza.
La nación precisa de un pacto de gobernabilidad enfocado en el desarrollo y la edificación institucional, con el cual la empresa privada, no solamente esté de acuerdo, sino que además tenga participación activa en los cambios estructurales.
La reconciliación es la mejor inversión de largo plazo que podemos hacer hoy.
La vida debe ser preservada, y aun cuando el último esfuerzo de paz haya sido agotado, la paz seguirá siendo siempre el camino más corto hacia la prosperidad.
Hagamos de la empresa privada el gran vehículo de la movilidad social.
Hagamos posible que, en nuestra bandera, el amarillo sea el ahorro, producto del esfuerzo y del trabajo; el azul connote la confianza; y el rojo sea la pasión, la emoción de defender y promover lo nuestro.
El cambio de mentalidad es posible, diseñar un país que funcione es posible, construir una nación avanzada es posible.
Todo lo que los venezolanos de hoy podamos imaginar, los de mañana podrán hacerlo realidad.
Imaginemos juntos, soñemos despiertos, arriba la esperanza.
¡Vamos por el futuro!