La ciudad de Maracaibo y el país entero sufren nuevamente las consecuencias de un quinto apagón general en menos de un mes. Aún están frescas en nuestra memoria, las imágenes de saqueos, vandalismo y demás actos delictivos cometidos en el Zulia durante los primeros días que estuvo la región sin electricidad.
La lista de carencias y dificultades que tiene que enfrentar el sector empresarial regional para seguir trabajando, sigue creciendo:
Deficiencias en los suministros de electricidad, gasolina, agua y gas; problemas en trasporte público y en los servicios de telefonía e internet; expropiaciones e inseguridad jurídica; ausencia de personal calificado; aumento de impuestos municipales; ausencia de divisas y créditos de la banca pública y privada, entre otros.
Resulta evidente que sin un servicio eléctrico continuo y de calidad, la gran mayoría de las empresas no pueden operar. Si esto es así, ¿cómo van a hacer las empresas para pagar la quincena a sus empleados?; ¿con qué dinero se van a pagar los impuestos?; ¿cómo mantener una empresa operativa en estas condiciones?
No es difícil pronosticar que el sector empresarial nacional se acercan a un punto de quiebre que va a traer como consecuencia el cierre masivo de comercios e industrias, especialmente las de pequeño y mediano tamaño. De suceder, se agravará aún más la escasez de productos y servicios de primera necesidad, así como la pérdida de puestos de trabajo de los cuales dependen miles de familias zulianas.
Por lo tanto, la Cámara de Comercio de Maracaibo exhorta al Gobierno Nacional a tomar sin demoras, todas las acciones que sean necesarias para rescatar la infraestructura eléctrica de Venezuela.
Comencemos por recordar, que el modelo organizacional del sistema eléctrico venezolano era descentralizado y estaba constituido por empresas regionales de capital privado, público o mixto, en su mayoría con gestiones exitosas.
En el Zulia, el servicio eléctrico fue responsabilidad de ENELVEN, empresa regional que por más de 122 años fue ejemplo para Venezuela y el mundo, donde gerentes zulianos junto al mejor recurso humano, eran capaces de ofrecer un excelente servicio en materia eléctrica. En cambio, hoy en día tenemos una sola empresa estatal centralizada, deficiente y mal gerenciada como lo es CORPOELEC.
De allí que el Gobierno Nacional, como administrador del parque termoeléctrico y de los recursos hidroeléctricos en Venezuela, está en la obligación de suministrar un servicio eficiente para dar calidad de vida y bienestar a la población, e igualmente apalancar el crecimiento del desarrollo económico y social del país, tal y como era hasta el año de 1999.
El Gobierno Nacional, ignorando las recomendaciones de expertos en la materia, ha manejado la actual crisis eléctrica desde una sola arista, tratando de estabilizar el sistema eléctrico interconectado mediante racionamientos eléctricos a la población, estrangulando el consumo eléctrico comercial e industrial, y obligando a los hoteles, centros comerciales, clínicas, hospitales, así como a grandes y medianas empresas, a autogenerar su propia electricidad. Ante la imposibilidad de instalar plantas generadoras en cantidad suficiente y con las capacidades necesarias para cubrir el déficit, los entes antes mencionados, ven interrumpidas sus operaciones ante los racionamientos y ahora, apagones generales.
Luego que el Gobierno Nacional invirtiera cuantiosos recursos en aumentar el suministro de electricidad desde la crisis eléctrica de 2010, los venezolanos se preguntan: ¿dónde están las plantas termoeléctricas que deberían estar ayudando al sistema eléctrico nacional a sobrellevar los problemas ocasionados con la interconexión de la represa del Guri?
Ante esta situación, urge que el Gobierno Nacional tome las medidas necesarias para solventar esta crisis, entre las que podemos mencionar:
– Convocar a los expertos del país para que sean ellos quienes gerencien esta crisis y establezcan los pasos a seguir para solventarla a la brevedad posible. Urge volver al esquema donde sean los mejores especialistas, sin interferencia política alguna, quienes dirijan las empresas eléctricas.
– Se requiere una auditoria de todo el parque hidroeléctrico, termoeléctrico, de transmisión y distribución a nivel nacional, para saber con qué equipos se cuenta y el estado en que se encuentran.
– En el corto plazo, urge recuperar al máximo posible la generación termoeléctrica paralizada por falta de mantenimiento.
– Descentralizar el servicio de electricidad junto a un cambio radical en el modelo de gestión. En el caso del Zulia, esto significa recuperar ENELVEN y ENELCO.
– En el estado Zulia, concluir la planta Bachaquero y cerrar los ciclos combinados en la planta Termozulia. Solo estas dos (2) acciones sumarían más de un mil megavatios (1.000 MW) a la región zuliana. Finalmente, ante a emergencia nacional que se vive y en función de evitar la incertidumbre en la población, urge mantener informado al país, de manera permanente, con la verdad de lo que sucede a nivel técnico y sobre las labores de recuperación.
El Gobierno Nacional puede estar seguro que la Cámara de Comercio de Maracaibo va a apoyar toda iniciativa que se haga en función de recuperar el parque eléctrico nacional y más aún, devolverle al Zulia su independencia energética.
Por el bien supremo de toda la Nación, dejemos las diferencias políticas y/o ideológicas a un lado. Aún estamos a tiempo de recuperar a Venezuela.