A escasos 45 días de arrancar el ciclo de invierno de este año, no se vislumbra un panorama claro y alentador sobre las posibilidades de revertir la situación de recesión agrícola y superación de la crisis agroalimentaria por la cual atravesamos.
Fedeagro ha planteado en todas las instancias del Ejecutivo y ante los cuerpos colegiados creados en la Administración del Presidente Nicolás Maduro (primero la Comisión Presidencial Agrícola, posteriormente el Consejo Nacional de Economía Productiva y dentro de este en el Motor Agroalimentario), la magnitud de la crisis y las acciones necesarias para enfrentarla. Lamentablemente es muy poco lo que se ha conseguido en estas instancias y los problemas lejos de solucionarlos se han profundizado.
El año 2016 apuntaba como un buen año desde el punto de vista agrícola; en efecto, el régimen climático fue más benigno en algunas regiones del país; sin embargo, persistió el desabastecimiento de semillas, fertilizantes, agroquímicos, maquinarias, implementos, equipos, repuestos, cauchos, baterías y otros insumos, y el balance general, fue negativo. En consecuencia estamos abasteciendo el consumo de maíz blanco en un 31%, de maíz amarillo en un 36%, de arroz en un 36 %, de azúcar en un 21% y café en 32%. En conjunto, estos cinco rubros aportan el 33% de la demanda interna y alcanzan en promedio para cuatro meses de consumo, acentuándose la dependencia de las importaciones. Es importante referir que Venezuela en años recientes se autoabastecía de maíz blanco, arroz, café, y en azúcar el aporte nacional superaba el 65% del consumo.
Para este año las asociaciones de Fedeagro nos planteamos hacer un esfuerzo superlativo para quebrar las tendencias negativas del crecimiento de los últimos años. Nuestra programación pretende incrementar significativamente el área sembrada y por ende aumentar la participación de la producción interna en el consumo de alimentos. A tales efectos, entregamos al Ministerio de Agricultura y Tierras, hace tres meses, la intención de siembra de nuestras asociaciones y la demanda de insumos y otros ítems requeridos para cumplir con esas metas. Incluso, para complementar el análisis nacional, proyectamos la totalidad de superficie de siembra que entre todos los agricultores realmente podríamos alcanzar, precisando los insumos que se demandarían, agregando los repuestos e implementos agrícolas que se necesitan con mayor prioridad.
A pesar de habernos anticipado presentando los requerimientos de insumos al Ministerio, a la fecha no disponemos de un solo kilogramo de fertilizante, tampoco se ha concretado con los proveedores internacionales la compra de semilla, especialmente la de maíz, sorgo, hortalizas, soya y la de pastos; igual suerte corre el abastecimiento de agroquímicos. El tiempo conspira en nuestra contra, para esta fecha en 2016 teníamos acopiado en los depósitos de nuestras asociaciones más del 30% de esos insumos.
La logística para aprovisionarnos de los insumos requiere de un proceso de planificación previo que parece no haberse cumplido. A manera de ejemplo, para suplir 15.650.300 sacos de fertilizante antes del 15 de abril, época de inicio de las siembras de invierno, se necesita despachar desde Morón 711 gandolas diarias de 30 toneladas cada una. Con cero inventario, simplemente las fechas no dan; pero además del fertilizante, todas las semillas y los agroquímicos deben despacharse desde Morón y Cagua al resto del país.
A la problemática del desabastecimiento de insumos se agrega la pretendida intención de quitarle a Pequiven la venta y distribución de fertilizante (empresa que lo estaba haciendo efectivamente y que durante los últimos 8 años nos brindó transparencia y depuración de los actores productivos) y pasarlo a Agropatria por razones que no entendemos; pero que ya el año pasado lo experimentó con un grupo de asociaciones anteriormente atendidas por Pequiven con resultados muy negativos.
Es necesario rescatar la actividad privada en la oferta de insumos a los productores agropecuarios del país y cesar el intervencionismo y el monopolio de Agropatria que ahora pretende sumar la total discrecionalidad de la distribución de fertilizantes.
Otro aspecto fundamental para poder concretar las siembras este año es satisfacer la demanda crediticia del Sector. Todos los insumos, incluidos los vendidos por la estatal Agropatria han aumentado significativamente de precios, al igual que los servicios y la remuneración del trabajo. Este incremento exponencial de los costos de producción limita considerablemente la capacidad financiera de los entes públicos y privados y requiere el diseño de una política financiera que posibilite el cumplimiento de los planes de siembra y producción, con la participación de todos los entes involucrados.
No podemos dejar fuera de este planteamiento la situación de inseguridad que se vive en el campo y que cobra víctimas diarias en las fincas, carreteras y establecimientos del Sector Rural. Cada día es más peligrosos hacer vida y producir en nuestros campos y esta situación se refleja en nuestros costos y en la caída de la producción; por citar ejemplos, rubros como las hortalizas, la caña de azúcar y el arroz han visto mermados significativamente sus capacidades productivas motivado a la extorsión, el secuestro, el robo de equipos y cosechas . Es necesario y urgente adelantar un Programa de Seguridad Rural que proteja a los agricultores, obreros, transportistas, técnicos y a toda la comunidad rural venezolana.
A los agricultores venezolanos nos anima la convicción y el deseo de servir al país y ofrecer nuestro concurso para superar la problemática agroalimentaria de la población. Lo que demandamos es disponer las herramientas necesarias y a tiempo para utilizarlas. En agricultura las épocas de siembra, cultivo y cosechas son inamovibles y determinantes. Es infinitamente más barato y útil para el país, importar los insumos que traer el producto terminado sin agregación de valor.
Recordemos que los imposibles comienzan en el mismo momento que decidamos bajar los brazos; pueden contar todos los venezolanos que los productores agropecuarios nos mantendremos activos en luchar por recuperar la producción nacional y que nuestra actividad pueda contribuir a dignificar la ruralidad y atender la necesidad básica consagrada en nuestra constitución del derecho a alimentarse.
Se ha perdido tiempo valioso en el acopio de insumos, sobre todo de fertilizantes y semilla imposibles de recuperar por el acopio de transporte. Advertimos al consumidor venezolano de la grave caída de la producción de alimentos por no haberse tomado decisiones a tiempo.
Al pueblo venezolano le decimos: queremos producir alimentos hechos en Venezuela para los venezolanos, pero necesitamos tener acceso a los insumos y herramientas necesarias.
Presentación en PDF ABASTECIMIENTO CON PRODUCCION NACIONAL
Fuente: Nota de Prensa