En opinión del presidente de Fedecámaras , Carlos Larrazábal, el país tiene todas las posibilidades de salir de la grave crisis que vive actualmente y que el venezolano pueda recuperar su calidad de vida, pero para eso es necesario que se produzca un cambio en el modelo económico.
Larrazabal, quien asistió este miércoles a la asamblea anual de Fedeagro que se realizó en Valencia, expresó que los venezolanos no podemos seguir entrampados en el socialismo del siglo XXI.
Piensa que es necesario ir hacia un modelo de libre mercado, donde las libres iniciativas prosperen, que cada ciudadano se dedique a la actividad económica de su preferencia.
El dirigente gremial también señaló que el Estado debe dejar de ser perseguidor y apoyar a sus productores, para que Venezuela pueda salir adelante.
Dijo que los venezolanos no aguantan más el deterioro de la calidad de vida, por lo que hace falta una profunda reflexión de todos, para que pueda darse una recuperación del país.
Desde su perspectiva, si ninguno de estos pasos se concretan, lamentablemente para el cierre de 2018, bajarán sus santamaría mil empresas más de todo el país, de las tres mil 500 que quedan activas, lo cual será fatal para la realidad económica de la nación.
El presidente de Fedecamaras aseguró que las empresas están trabajando en un promedio de 24 por ciento de su capacidad instalada, pero esta cifra puede subir si les permite el acceso a la materia prima.
De acuerdo a su apreciación el colapso de la economía nacional es evidente, por el nivel de la informalidad existente en los distintos estados que conforman el país.
Larrazabal sostuvo que la actividad económica se está reduciendo de una forma significativa. En los últimos cuatro años se contrajo el 50 por ciento aunado a la diáspora de profesionales, técnicos y obreros, que han salido del país, buscando mejorar su calidad de vida.
El dirigente de la cúpula empresarial venezolana apuntó que a la actual situación del sector económico, se le suma el colapso de los servicios públicos. Las interrupciones eléctricas y el déficit de agua y transporte también afectan la producción.
A su modo de ver, todo esto refleja que el Gobierno no se está ocupando por resolver los problemas de los venezolanos.