Cámara Venezolana de la Construcción
Manifiesto
La Nación debe hoy enfrentarse a una gravísima crisis económica con la infraestructura pública nacional en condiciones precarias, debido a la desinversión y a más de 8 años de contracción sostenida del sector construcción. Al cierre de 2019, según las cifras del Banco Central de Venezuela, solo sobrevive un 3% del sector.
a) La infraestructura nacional está totalmente deteriorada. Para 2019, el índice de competitividad de infraestructura del Foro Económico Mundial ubica a Venezuela en la posición 119 de 136 países.
b) La crisis de los servicios públicos sigue afectando a millones de ciudadanos en todo el territorio nacional, sin tener una ruta clara para su oportuna solución.
c) En términos del empleo, en el sector construcción se han perdido más de 1.300.000 puestos de trabajo de mano de obra calificada, quienes han tenido que migrar del país en busca de oportunidades o reinventarse en la economía informal para poder generar ingresos para sus familias.
d) En términos de materiales e insumos, el parque industrial afín al sector ha desaparecido, producto de las políticas de expropiaciones, controles de precios y la deficiencia de los servicios públicos.
e) La falta de acceso a fuentes de financiamiento, elemento esencial para el óptimo funcionamiento del sector, es hoy día inexistente.
f) El poder adquisitivo del 97% de la población no les permite tener acceso a una vivienda, con lo cual el sector inmobiliario ha prácticamente desaparecido.
Estos problemas estructurales, se agravan por:
g) El impacto de la contingencia de la pandemia COVID 19 sobre empresas paralizadas, sin ingresos y carentes de apoyo oficial.
h) La exigua reducción del 7% en el encaje legal no generará el impacto necesario en la disponibilidad de recursos para financiar la economía productiva que requiere nuestro país.
i) La voracidad fiscal y tributaria, cuyos porcentajes y períodos de cobro se mantienen intactos, a pesar de las circunstancias generadas por la pandemia.
j) La ya crónica falta de combustible, con lo cual tiende a paralizarse totalmente el país.
Venezuela nos reclama un acuerdo nacional:
Las circunstancias nos obligan a actuar de forma concertada con todos los sectores productivos, sociales y políticos del país para su reconstrucción y lograr contener los efectos de esta terrible pandemia.
Los actores políticos deben dejar de lado sus dogmatismos y pensar primero en el país. Tenemos que reestablecer la institucionalidad para generar la confianza que la inversión requiere. Tenemos que concertar y empezar ya con las soluciones:
- Reactivar obras paralizadas y prioritarias en el país con empresas venezolanas, mediante soluciones mixtas de contratación (Contratación Directa y Asociaciones Público-Privadas), dando prioridad a proyectos para solventar el acceso al agua potable y electricidad.
- Despenalizar el sector inmobiliario, mediante la implementación de modificaciones a la Ley Contra la Estafa Inmobiliaria y a la Ley de Arrendamientos, con el objetivo de promover la culminación de proyectos existentes y mejorar las condiciones para arrancar nuevos proyectos.
- La implementación de una unidad indexada para la compra y venta de inmuebles y el alquiler, con la posibilidad de utilizar la Unidad de Inversión referencia hoy del BCV.
- Dinamizar la oferta de productos consumibles de construcción, mediante un régimen temporal que permita importar acero y/o cemento sin aranceles, consumibles de construcción y/o acabados, así como materia prima requerida para fabricar estos productos en el país.
- Dinamizar el acceso a financiamiento mediante el mercado de valores y posibilitar la emisión de deuda privada en divisas para proyectos inmobiliarios.
- Creación de una Agencia Nacional de Proyectos APP, de índole público-privada, para evaluar y factibilizar soluciones para la infraestructura pública nacional, con carácter de urgencia.
Los constructores venezolanos, como lo hemos venido haciendo, estamos prestos a promover y trabajar en la construcción de una Venezuela basada en la transparencia, equidad, respeto a los derechos individuales y los valores democráticos. La Cámara Venezolana de la Construcción, responsable con el país, espera que estos planteamientos tengan la receptividad debida, en circunstancias donde está en riesgo la sobrevivencia de las empresas del sector y nuestra viabilidad como país. Venezuela nos necesita a todos unidos.
La Junta Directiva
Cámara Venezolana de la Construcción