La mayor inquietud de Cipriana Ramos, presidente de Consecomercio, es el cierre de los pequeños comercios, con el último incremento del salario mínimo y del bono de alimentación. “El sector tiene un flujo de caja cada vez más reducido y ya muchos negocios están trabajando con el número mínimo de empleados. Dentro de poco vamos a ver muchos comercios cerrados porque no podrán mantenerse abiertos”, advirtió. Además, señaló que las farmacias dedicadas exclusivamente a la venta de medicinas corren el mayor riesgo de quebrar. “Si vendes un producto regulado y para seguir abierto vas comiendo de tus ahorros, tendrás que cerrar”, dijo.
Arturo Aguilar trabaja en una pequeña droguería ubicada en Chacao. Está intranquilo porque no sabe cómo el dueño podrá pagarles a él y a su compañero de trabajo. “No hay medicamentos para vender. Me preocupa que el jefe llegue un día y nos diga que vamos a trabajar hasta hoy o por dos meses más”, expresó. Contó que varios de sus amigos han perdido sus trabajos de esa manera. “A las farmacias pequeñas no les mandan productos en la misma cantidad que a las de cadena. Los datos que se manejan dicen que entre 80% y 85% de las farmacias han ido cerrando”, agregó.
Ramos afirmó que el sector espera un último aumento salarial antes de que finalice el año, especialmente luego de las declaraciones dadas por el presidente Nicolás Maduro en cadena nacional el jueves pasado, en las cuales aseguró: “Si la inflación la ponen en 100%, estoy obligado a proteger el salario”.
Ramos explicó que para mejorar la economía del país debe haber movilidad de capital. A su juicio, por más incrementos que haya del salario, el dinero no alcanza, puesto que la riqueza se hace cuando hay rotación de moneda libre entre el empresario, el trabajador y el Estado, en función de producir ganancias.