La sociedad venezolana vive una profunda crisis social, política y económica, caracterizada, entre otros hechos, por el desmoronamiento de las instituciones y la anomia social del conglomerado humano dentro de sus fronteras.
El sector agrícola y pecuario no escapa a esta realidad, doce años continuos de recesión han dejado secuelas difíciles de superar; se requiere un supremo y mancomunado esfuerzo para impulsar un sector abatido, carente del dinamismo que ofrecía en etapas previas.
La crítica situación en la que se encuentra el sector impacta a la sociedad en su conjunto, habida cuenta del encadenamiento de sus procesos y la producción de bienes vitales e insustituibles: “Los Alimentos”.
Por otra parte, la Venezuela rural depende de la actividad agropecuaria, las consecuencias recesivas son allí más profundas y complejas que en las zonas urbanas; en diecisiete estados del país la principal actividad económica es la agricultura y la ganadería, todos sus habitantes están vinculados a los procesos productivos del campo.
Venezuela necesita reencontrar el camino del crecimiento, recuperar la calidad de vida y el bienestar de la población, no es momento de jugar a intereses individuales ni de alargar el sufrimiento del país, es la hora de apostar a Venezuela y a los venezolanos.
Para ello se requiere contar con instituciones sólidas y legítimamente electas, que garanticen el ejercicio pleno de la democracia, que encaminen la recuperación de la confianza en ellas y en el Estado.
Un primer paso en esta dirección es ofrecer a la población la opción de concurrir a procesos electorales libres, transparentes y competitivos, con un árbitro e instituciones legítimas, donde el venezolano no sólo pueda votar, sino que mediante el ejercicio del voto pueda realmente elegir las autoridades de los poderes públicos que refiere nuestro ordenamiento legal.
La construcción de una ruta electoral justa e imparcial, que genere confianza, debe darse a través de un gran consenso nacional entre todas las organizaciones políticas y sociales, con un órgano electoral neutro e independiente, donde no prevalezca ninguna orientación o partido político; sobre bases de equidad, transparencia e instrumentos y normas avalados por los actores electorales (registro, padrón, calendarios), sin inhabilitados ni suspendidos, sin presos políticos, sin ventajismos y con el concurso de los venezolanos que están fuera del país, en fin, con directrices apegadas a la Constitución Nacional.
FEDEAGRO, sus asociaciones y los agricultores del país ofrecemos nuestro respaldo y nuestro concurso para transitar la vía democrática que encamine la reinstitucionalización del Estado.
¡Construyamos juntos la Venezuela que merecemos!
Nota de prensa
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